Moni_mar, en este post, nos ha sorprendido hablando de la
violencia que causan las palabras poco adecuadas en las parejas.
Yo quisiera ampliar el tema en este post ya que no solo padecen las mujeres; los niños,
los padres, los hombres, todos sufren al lado de una persona que usa este tipo
de maltrato para someter a otro ser humano, sin tener en cuenta la raza, el
sexo o la edad.
Somos conscientes de que la violencia de género existe,
tanto hacia un lado como hacia el otro.

Yo vengo animaros a abrir los ojos, tanto si padecéis
directamente como si es una persona cercana.
Como sabéis hay muchos tipos de violencia de género, pero yo
vengo a hablaros de la que no se ve, la que no deja marcas pero sí que crea
dolor: las palabras.

Las palabras son armas de doble filo, pueden subirte al
cielo o hundirte en lo más profundo de una ciénaga.
No es lo mismo una frase dicha con respeto que la misma sin
tenerlo, por eso mismo, deberíamos plantarnos y pensar que nosotras mismas
somos iguales a el resto de personas, ni más ni menos, no tenemos derecho a que
nos pisen o a pisar a nadie.
Por tanto, nos debemos y debemos un respeto, ya sean hijos,
pareja, padres, personas de nuestro entorno o incluso personas que no
conocemos. Nadie en absoluto tiene derecho a decidir ni a pasar sobre nosotros.
Muchos factores influyen en este complejo tema. En el
entran factores como el miedo a sentirse inferior a alguien, el miedo a
equivocarse y que se rían de ti, el miedo por sentirse débil ante alguien o el
que se enteren de que no sabes algo. Todo esto pueden causar que seas tanto una
persona maltratadora como maltratada.
El maltrato psicológico puede ser mucho peor que el físico,
porque mientras el físico duele un rato, un día…, el psicológico se queda
clavado dentro de ti.
Todo tipo de violencia hacia otra persona está castigada así
que no dudéis en proteger a esa persona, tenéis un teléfono para denunciar,
para gritar pidiendo ayuda, para llorar, para lo que sea, te van a escuchar.
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Así que desde mi humilde blog os digo que ya vale, que
aprendamos a tolerar y ser respetados, a ser fuertes y a no tener miedo. Porque
no hay nada más bello que la sonrisa de una persona feliz con su entorno y consigo
misma.